Como nunca se había visto al menos en los últimos tres cambios de mandatos, el pronto gobernador en funciones Joaquín Díaz Mena (Huacho) hará un mega pachangón en la recién remodelada Plaza Grande a propósito del inicio de su administración, con un gasto de al menos tres millones de pesos que se ejercerán, entre otras cosas como tarimas y mobiliario, el pago de honorarios a la banda El Recodo.
De esta forma el gobierno que se autoproclama como un gobierno de austeridad, iniciará como ninguno de sus predecesores, en medio del despilfarro millonario para entretener al pueblo bueno y sabio, que duerme en sus laureles, y que no logra distinguir que le vendieron gato por liebre.
Si bien tuvieron eventos tumultuarios, los sucesores como Ivonne Ortega Pacheco cuando se hizo el cambio a la salida de Patricio Patrón Laviada. El relevo entre la dzemuleña para el ingreso de Rolando Zapata Bello y la transición entre el ultimo priísta gobernador y la entrada de Mauricio Vila, no se tiene registro en los últimos 17 años de que esas “entradas” hayan tenido más allá que la manifestación de cientos de personas al nuevo mandatario ingresante a Palacio de Gobierno.
La austeridad, la más grande de las mentiras
El ciudadano ya está en su butaca, con palomitas en mano para ver uno de los gobiernos más engañosos de la historia. Ese discurso de austeridad y de no gasto en lujos o cosas de fifís, será la verborrea diaria, que por una mano hablará de la pobreza franciscana de apoyo al pueblo y por el otro, de los gastos más excesivos y de lujo que sus virreyes, en mandato con Huacho se darán.
Partamos con este 30 de septiembre a la media noche cuando la entrada triunfal de Huacho sea “engalanada” por la Banda el Recodo. PAN y CIRCO; eso no ha cambiado desde los tiempos de la Gran Roma; y con el que se puede tener entretenida a la muchedumbre, a los solovinos, a esos que se tragan el cuento de que se puede vivir 18 años con solamente 200 pesos en la bolsa y un solo par de zapatos.
El gobierno del pueblo y la austeridad se perfila a ser el más despilfarrador de los últimos tres sexenios. Y bien dicen que lo que mal empieza, mal termina.