Mérida, Yucatán – Carlos Sáenz Castillo, exdirector del Instituto del Deporte del Estado de Yucatán (IDEY), vuelve a ser tema de conversación, no por su gestión, sino por el aparente enriquecimiento que le ha permitido adquirir un lujoso departamento valuado en nueve millones de pesos en el exclusivo Country Club de Mérida.
El inmueble, cuya construcción está en curso, comparte vecindario con figuras como Raúl Paz Alonso, Pablo Gamboa Miner y otros políticos. Según fuentes cercanas, también han invertido en este edificio personajes como el doctor Alberto Alcocer, quien habría tenido vínculos en la triangulación de recursos para medicina deportiva en el IDEY; Alejandro Ruz; y Juan Pablo Capetillo, quien desempeñó dos cargos dentro del Instituto: director de eventos especiales y encargado de la unidad deportiva Kukulcán.
La adquisición de este lujoso bien ha desatado críticas y asombro entre ciudadanos, quienes cuestionan cómo un servidor público de segundo nivel podría acceder a semejante propiedad. De acuerdo con informantes, Sáenz Castillo habría aprovechado su posición para enriquecerse mediante presuntas irregularidades administrativas, mientras el deporte yucateco sufrió un notorio retroceso, cayendo del cuarto al octavo lugar nacional durante su gestión.
El descontento aumenta con las declaraciones de una fuente anónima que asegura: “Solo se dedicaron a robar, mientras el deporte yucateco se hundía. Ahora ya se sienten millonarios y se van a vivir al Country Club”.
Además del departamento, Sáenz Castillo habría adquirido varias concesiones de agencias de cervezas SIX distribuidas en todo el estado. Según los reportes, si no las opera directamente, las renta a la cervecería, generando ingresos pasivos sin mayor esfuerzo.
La gestión de Sáenz Castillo al frente del IDEY no solo ha quedado marcada por las acusaciones de corrupción, sino también por su impacto negativo en el desarrollo deportivo del estado. Mientras figuras como Alcocer y Capetillo están señaladas por malos manejos, el deterioro en la infraestructura y los resultados deportivos han dejado una huella imborrable.
La ciudadanía exige una investigación exhaustiva sobre los ingresos y el patrimonio de Carlos Sáenz Castillo y sus colaboradores, así como la transparencia en el uso de los recursos públicos. Hasta el momento, el exfuncionario parece estar disfrutando de los frutos de su controversial paso por el servicio público, pero las demandas de justicia no cesan.
¿Habrá consecuencias para quienes hundieron el deporte yucateco? Solo el tiempo y la acción de las autoridades podrán responder.