La misteriosa formación de la Antártida que intrigó a los científicos durante un siglo se encuentran en los Valles Secos de Mcmundo.
Un líquido rojo brota desde el interior de la masa de hielo, hasta que fluye en el lago Bonney, el cual fue descubierto por el geólogo australiano Thomas Griffith Taylor.
Pese a que el agua debe congelarse, no lo hace, aunque la temperatura en el lugar puede llegar a 60 grados bajo cero.
El contenido del lago que alimenta las cascadas es 3 veces más salado que el agua de mar.
Sus aguas son extremadamente ricas en hierro.
El efecto de la sangre ocurre cuando el agua salada y rica en hierro del lago se filtra a través de fisuras y cae en el lago Bonney y al contacto con el aire, se oxida y origina su color.
Solo puede ser visitado en helicóptero o crucero.
Fuente: boletinmexico