En la política yucateca, las coincidencias no existen. Esta semana salió a la luz una reunión privada entre Dafne López —actual operador del gobierno de Huacho Díaz Mena y alfil del “rey del moche”, Mario Millet Encalada— y el diputado Javier Renán Osante Solís, esposo de la exgobernadora Ivonne Ortega Pacheco. El encuentro, lejos de ser inocente, destapa una estrategia burda y peligrosa: quitar del camino al delegado federal del Bienestar, Rogerio Castro Vázquez.
Hace apenas unos días, el diputado Osante lanzó críticas abiertas contra Rogerio Castro. Ahora, tras la reunión con López, todo apunta a una jugada política premeditada, diseñada desde las entrañas de un grupo que busca controlar Morena como botín electoral y económico, y donde Rogerio representa un obstáculo difícil de manipular.
¿Por qué quieren quitarlo? Porque Rogerio Castro esta peleado con con el socio de Huacho Díaz, Mario Millet Encalada ya que este no se presto al juego sucio de estos, por lo que pidió la cabeza del delegado del bienestar.
Esta operación —disfrazada de “crítica interna”— busca desestabilizar al delegado y abrir paso al saqueo que personajes como Millet han perfeccionado: moches, licitaciones arregladas, operadores a sueldo y estructuras paralelas al servicio del dinero, no del pueblo.
El ajedrez está claro. El objetivo también. Y si Morena no pone orden dentro, terminará secuestrado por los mismos que han saqueado Yucatán por décadas.
Porque esto no va solo contra Rogerio Castro. Va contra la posibilidad de que el poder sirva, por fin, a la gente.