En Samahil, Yucatán, un problema alarmante ha salido a la luz: la venta de alcohol a menores de edad en negocios clandestinos que operan con la aparente complicidad de las autoridades locales. Los habitantes de esta comunidad han denunciado repetidamente la existencia de estos puntos de venta ilegales, que no solo operan sin restricciones, sino que se han convertido en un peligro latente para la juventud del municipio.
Según testigos locales, estos clandestinos se han establecido como una opción accesible y rápida para los adultos que, en medio de la fiesta, envían a sus hijos menores a comprar bebidas alcohólicas. La situación es aún más preocupante cuando se observa que algunos adolescentes, tentados por la curiosidad y la falta de control, adquieren alcohol sin ningún tipo de restricción, lo que ha comenzado a generar problemas de alcoholismo en jóvenes de la comunidad.
Lo que agrava aún más esta situación es la inacción de la Policía Municipal Coordinada, que pese a las múltiples denuncias, no ha tomado medidas para clausurar estos establecimientos. Esto ha generado desconfianza y molestia entre los vecinos, quienes empiezan a cuestionar si los agentes policiales están involucrados en estos negocios ilícitos. Un habitante de Samahil expresó su frustración al respecto, señalando la aparente falta de autoridad en la localidad.
“Prácticamente aquí no hay autoridad, todos hacen lo que quieren y los policías solo trabajan cuando se les pega la gana”, comentó un residente. Esta declaración refleja el sentimiento de abandono y la percepción de impunidad que reina en la comunidad, donde los infractores parecen operar con total libertad, mientras los guardianes del orden miran hacia otro lado.
Este problema pone de manifiesto la urgente necesidad de una intervención estatal para poner fin a la venta de alcohol a menores y restablecer el orden en Samahil. La falta de acción por parte de las autoridades locales no solo pone en riesgo a los jóvenes, sino que también perpetúa un ciclo de corrupción y permisividad que amenaza con socavar el tejido social del municipio.