El mundo de los deportes extremos está de luto. El austriaco Felix Baumgartner, conocido mundialmente por realizar el salto en paracaídas más alto de la historia desde la estratósfera en 2012, falleció este jueves en un accidente de parapente motorizado en la localidad costera de Porto Sant’Elpidio, Italia.
Baumgartner, de 56 años, volaba un parapente con motor cuando, según reportes preliminares, se sintió indispuesto durante el vuelo. El planeador se precipitó y terminó estrellándose contra la piscina de un hotel. El impacto fue fatal y provocó su muerte inmediata.
Además, un empleado del hotel resultó herido tras ser golpeado por el planeador en el accidente. Fue trasladado a un hospital cercano con lesiones en el cuello, de acuerdo con medios locales.

Una vida al límite
Felix Baumgartner alcanzó la fama mundial el 14 de octubre de 2012, cuando protagonizó un salto histórico desde la estratósfera a una altitud de 38.969 metros, lanzándose desde un globo inflado con helio como parte del proyecto Red Bull Stratos. En esa hazaña, rompió la barrera del sonido al alcanzar una velocidad de 1.357 km/h (Mach 1.25) en caída libre, convirtiéndose en la primera persona en hacerlo sin ayuda de un vehículo mecánico.
Sin embargo, su trayectoria como deportista extremo venía de muchos años atrás. En 1999, estableció el récord del salto BASE más alto desde un edificio al lanzarse desde las Torres Petronas en Kuala Lumpur (452 metros). Ese mismo año también sorprendió al mundo al ejecutar el salto BASE más bajo jamás registrado, lanzándose desde el brazo de 26 metros de la estatua del Cristo Redentor en Río de Janeiro.
Durante su carrera, Baumgartner combinó acrobacias aéreas, paracaidismo, salto BASE y desafíos técnicos con un alto componente de riesgo. Su lema personal era “nunca dejar de volar”, y fue considerado una figura icónica del deporte extremo y de la exploración humana de los límites físicos.

Legado
Más allá de los récords y la adrenalina, Felix Baumgartner deja un legado de inspiración para una generación de deportistas, ingenieros y soñadores que vieron en él a alguien capaz de convertir lo imposible en realidad.
Su salto desde la estratósfera no solo fue una hazaña mediática, sino también un experimento científico que ayudó a avanzar en el conocimiento sobre la resistencia humana en condiciones extremas, contribuyendo incluso al desarrollo de trajes presurizados para vuelos espaciales.
Hasta el momento, las autoridades italianas continúan investigando las causas exactas del accidente. Familiares, amigos y seguidores han comenzado a rendirle homenaje en redes sociales, recordando su valentía y pasión por volar.
Felix Baumgartner murió como vivió: desafiando el cielo.