Mérida, Yucatán – La Reserva Ecológica de Cuxtal, el principal pulmón verde de la ciudad de Mérida, se encuentra en estado de emergencia. En los últimos días, ha salido a la luz la alarmante destrucción que ha sufrido esta área protegida, poniendo en evidencia la corrupción descarada de las autoridades municipales y federales.
El caso de Acerunión: un ejemplo del tráfico de influencias
Un caso que desnuda la podredumbre en la administración ambiental es el de la empresa Acerunión, que adquirió un terreno en la localidad de Dzununcam, dentro del área protegida de la Reserva de Cuxtal. Cuando intentaron iniciar la construcción de sus almacenes, la autoridad municipal y la SEMARNAT les negaron los permisos correspondientes.
Sin embargo, en lugar de respetar la protección ambiental, los dueños de Acerunión recurrieron al “gestor de permisos ilegales” Carlos Johansen Correa, un personaje con un historial de favores turbios en el sector inmobiliario y empresarial. Con 250 mil pesos en sobornos, Johansen Correa logró destrabar los permisos, permitiendo que la empresa arrasara una extensa zona arbolada para la construcción de su complejo.
Complicidad de las autoridades y ausencia de sanciones
A pesar de que el desmonte es evidente y la construcción viola el estatus de área protegida, ni el municipio de Mérida ni las instancias federales han tomado medidas contra la empresa o los responsables de otorgar estos permisos fraudulentos. El silencio y la inacción de las autoridades confirman su complicidad en el ecocidio.
Este caso no es un hecho aislado. Durante años, diversos grupos ambientalistas han denunciado que la Reserva de Cuxtal sufre invasiones, fraccionamientos ilegales y desmonte sistemático para proyectos industriales y residenciales, siempre con el amparo de funcionarios corruptos que se benefician de estos delitos ambientales.
¿Cuánto más permitiremos la destrucción de nuestro patrimonio natural?
La Reserva de Cuxtal no solo es un área de gran valor ecológico, sino que también suministra agua a miles de meridanos. Su destrucción compromete la calidad del aire y el equilibrio ambiental de la ciudad. Mientras las autoridades continúan vendiendo permisos al mejor postor, los ciudadanos enfrentamos las consecuencias de la depredación ambiental.
Exigimos respuestas. Exigimos justicia. Exigimos un alto a la corrupción que permite la destrucción de Cuxtal.