Sí Don Víctor Manuel “Balo” Cervera Pacheco (+) fuera gobernador en los tiempos actuales, los personajes que aparecen en la imagen adjunta ya estarían en el “bote” desde tiempo atrás para que respondan por el quebranto financiero que registra el Instituto de Seguridad Social de los Trabajadores del Estado de Yucatán (ISSTEY), que pone en riesgo la jubilación de cientos de burócratas estatales a partir de 2027, pues el faltante de 2700 millones de pesos en las arcas de la institución ocurrió durante las administraciones de ambos.
Ellos son la tristemente célebre ex gobernadora Ivonne Aracely Ortega Pacheco (2007 – 2012) y su homólogo, Rolando Zapata Bello (2012 – 2018), los cuales, a pesar de las graves irregularidades que se cometieron en el ISSTEY en sus respectivos mandatos, hasta hoy se pasean libremente en la calle con lujo de impunidad.
Y es que en las dos ocasiones que fue Jefe del Ejecutivo del Estado (1984 – 1988 como interino y 1995 – 2001 por elección), el Caudillo de Dzemul jamás toleró que ocurran desvíos de recursos en las arcas estatales y advirtió a sus colaboradores que no le temblaría la mano para castigar a quien osara tocar o llevarse un solo centavo del erario para fines ajenos a los programas, obras y acciones del gobierno.
Pero más aún, cuando él entró como interino en febrero de 1984, ordenó hacer una profunda auditoría en todas las dependencias del Ejecutivo del Estado pues era Vox Populi que en la administración que dejó su antecesor, el general Graciliano Alpuche Pinzón (+), la mayoría de sus funcionarios que eran “yuca huaches” saquearon la Tesorería Estatal a manos llenas y se volvieron multimillonarios en solo dos años.
El resultado de esa revisión de cuentas que ordenó “El Balo” sacó a relucir que sí hubo tales latrocinios y para cumplir con su palabra, la Policía Judicial del Estado a cuyo frente estaba Don Gilberto Pech Pech (+), aprehendió al director de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Yucatán (JAPAY), Adolfo Calva Téllez por 100 mil pesos que desaparecieron de esa dependencia sin comprobar el destino dicha plata.
El sujeto fue a parar al penal donde pasó casi un año tras las rejas hasta que repuso el dinero y obtuvo su libertad, pero sirvió de escarmiento para que otros ex servidores públicos del régimen del anciano militar retirado optaron por restituir a la caja, sin tanta bronca, lo que ya estaba en sus abultadas alforjas.
Desde luego que dicha acción de Cervera Pacheco fue muy aplaudida por todos los sectores sociales de nuestro Estado e incluso, le valió amplio reconocimiento de sus adversarios políticos y detractores, pues a él nada le importó que se tratara de gente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) al que pertenecía, pues tampoco habían antecedentes de otros gobiernos con algo similar.
Años más tarde, al asumir el 1 de octubre de 1995 por segunda vez las riendas del Poder Ejecutivo del Estado, Cervera Pacheco hizo lo mismo, mandó auditar las cuentas de su antecesor, Federico Granja Ricalde (1994 – 1995) y dos colaboradores de éste fueron a parar en prisión: el ex Secretario de Obras Públicas, Jorge Flores Gil y el ex Director Estatal de Vías Terrestres, un tal Alfonso Gahona, por no haber comprobado el uso de 60 millones de pesos.
El Caudillo tuvo el valor suficiente para castigar a esos depredadores del dinero de los yucatecos y por ello repito, sí estuviera ahora al frente del Gobierno del Estado, Ortega Pacheco y Zapata Bello ya estuvieran desde hace rato en el “tambo” por haber hecho mal uso del patrimonio del ISSTEY.
Con Dulce María
Sobre el mismo tema, en el gobierno interino de Dulce María Sauri Riancho (1991 – 1994), también hubo un caso parecido a los ya citados, pues al realizarse una auditoría a la administración de su antecesor, Víctor Manzanilla Schaffer (+) (1988 – 1991), se halló que faltaban mil millones de pesos en la Tesorería del Estado cuyo titular era el empresario Abraham Jorge Musi, por lo cual, éste pasó casi un año en el “botiquín” y recuperó su libertad tras reponer esa lanota