De nueva cuenta sale a la luz un caso de desvío de fondos: tal es el caso del hospital general de Valladolid, debido a una compra irregular por $ 6 millones y venta de monitores que estuvieron asignados al área de Covid.
La irregular, se averiguó, es investigada por auditores de la Secretaria de Salud del gobierno federal. Así como también se habla de un desvío en el cobro de servicios, desaparición de medicamentos, en las que están involucrados directivos y otros empleados.
De acuerdo con algunos datos recabados con personal que laboraba en el lugar, se vincula en primera fila a la directora, Lorena Barrada; a su esposo, Francisco Aguilar Arzápalo, Roque Aguilar Álvarez y a varios empleados, entre ellos al administrador Mauricio Álvarez Escobar, quién ya fue separado de su cargo.
Respecto al equipo médico “desaparecido”, hay versiones que indican que los mismos empleados lo vendieron a Durango, Tamaulipas y otros nosocomios del Norte, de lo que tendría pleno conocimiento la directora Lorena Barrada.
Desde hace varios meses ha ido en aumento los comentarios entre los mismos empleados del hospital sobre una red de corrupción entre personas a fines a la directora, pero nadie externaba nada de manera pública por miedo a represalias.
Se sabe que desde hace varios meses el hospital también recibió un donativo de agrupaciones y fundaciones de Estados Unidos consistente en equipos médicos, pero todo esto no se sabe dónde quedó