Con 79 años a cuestas y un diagnóstico que le impide trabajar dignamente, don Jorge Manuel Xque Moreno ha pasado los últimos dos años en una larga y dolorosa espera. Padece problemas severos de próstata y uretra, y aunque su situación requiere una cirugía urgente, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) no ha cumplido con la atención que necesita.
Su caso no es aislado, pero sí profundamente humano. Jorge Manuel ha sufrido no solo la postergación médica, sino condiciones indignas que agravan aún más su salud física y emocional. En una de sus visitas al Hospital General Regional “La T-1” del IMSS, llegó a dormir en el suelo, debido a la falta de espacios adecuados para pacientes en espera.
“Estoy esperando desde hace años que me operen y nada. Ya hasta me dio infección. No puedo trabajar, no puedo moverme bien. Solo quiero una respuesta”, expresa con la voz apagada, pero con la dignidad intacta.
Consciente de que su edad y condición no le permiten seguir esperando sin consecuencias, hace un llamado urgente al gobernador del estado y a la presidenta de México, para que volteen la mirada a un sistema de salud que, en sus palabras, “está colapsado para los que no tienen influencias ni dinero”.
“Solo quiero que me atiendan. No quiero lujos, solo salud. Que nadie más tenga que dormir en el suelo ni esperar años por una operación,” declara don Jorge, con la esperanza de que su historia sirva para mover voluntades.
Mientras tanto, su día a día continúa siendo un martirio: sin poder trabajar, con dolor constante y a merced de una burocracia que no muestra señales de urgencia. Su historia es un testimonio vivo de lo que significa envejecer sin justicia médica en México.