Elena Gouliakova, quien en los años 2000 brilló como una talentosa patinadora rusa sobre hielo, enfrenta hoy una realidad devastadora. Tras llegar a Monterrey, Nuevo León, en 2003 junto con su esposo Nikolay Suetov para dar clases de patinaje, su vida cambió drásticamente debido a la esquizofrenia, una enfermedad que la ha llevado a vivir en situación de calle.
Durante tres años, Elena vivió su sueño enseñando patinaje y frecuentando las altas esferas sociales de la ciudad. Sin embargo, en 2005 comenzaron a manifestarse los síntomas de su enfermedad, desmoronando su salud mental y emocional. Esta crisis no solo afectó su vida profesional, sino que también la dejó completamente sola tras ser abandonada por su esposo.
Hoy, medios de comunicación locales reportan que Elena, quien alguna vez fue admirada por su talento y belleza, vaga por las calles de Monterrey sin recordar quién fue en su juventud.
Esta historia ha generado conmoción y llamado la atención sobre la importancia de atender las enfermedades mentales, así como la necesidad de apoyar a las personas en situación de vulnerabilidad.