En el escenario político, los colores suelen llevar consigo significados simbólicos, pero en el caso de Joaquín Díaz Mena, el color guinda que ha adoptado como emblema parece evocar más que simples connotaciones partidistas.
Este tono, que ha estado presente en todas las revoluciones históricas, se asocia históricamente con el derramamiento de sangre, la violencia y el temor en el territorio mexicano.
El color guinda, al ser elegido como símbolo político, puede tener varias interpretaciones, pero en el contexto de la historia mexicana, su presencia se relaciona directamente con momentos críticos caracterizados por conflictos armados y luchas violentas.
Su utilización por Joaquín Díaz Mena podría estar cargada de simbolismo y significado, llevando consigo una narrativa que trasciende lo meramente estético.
En el transcurso de la historia, el guinda ha sido testigo y protagonista de revoluciones y confrontaciones que han dejado una profunda huella en la memoria colectiva de México.
Desde la Revolución Mexicana hasta eventos más contemporáneos, este color ha sido un testigo silencioso pero elocuente de momentos críticos en los que la nación se vio inmersa en episodios de violencia y agitación social.
La elección de este color por parte de Díaz Mena plantea preguntas inevitables sobre la intención detrás de su simbolismo. ¿Es una declaración de lo que le espera a yucatán en torno a la violencia que se pueda desatar como en los estados de Chiapas y Guerrero.