Un nuevo escándalo sacude a la Secretaría de Educación de Yucatán (SEGEY), luego de que Juan Balam Várguez, Secretario de Educación, externara su molestia por las presuntas presiones que ejerce Mario Millet Encalada en la toma de decisiones dentro de la dependencia.
Según trascendió en una junta interna, Balam Várguez expresó su inconformidad por el cese del titular de Administración y Finanzas de Educación, Bruno Sánchez Canul, quien habría sido removido del cargo por negarse a trabajar con los proveedores autorizados por Millet Encalada. Esta situación ha generado un fuerte malestar dentro de la secretaría, ya que se percibe que todas las decisiones deben pasar por el empresario, a quien algunos señalan como el “rey del moche”.
Trabajadores de la SEGEY han manifestado su inconformidad con la influencia de Mario Millet Encalada en la dependencia, pues consideran que su opinión pesa más que la de los funcionarios encargados de cada área.
“Parece que él es el gobernador, que opina en todo y que todo tiene que pasar por sus manos”, habría comentado uno de los asistentes a la reunión.
El control que se le atribuye a Millet Encalada no es un tema nuevo dentro de la administración pública estatal, ya que su nombre ha estado vinculado en varias ocasiones con temas de asignación de contratos, manejo de recursos en distintas dependencias e incluso en la compra de terrenos para el tren Maya en Progreso.
El disgusto dentro de la Secretaría de Educación crece, pues la remoción de Sánchez Canul es vista como una represalia por no acatar indicaciones externas en la contratación de proveedores. Esto ha encendido las alarmas sobre la transparencia en la gestión de los recursos destinados a la educación en Yucatán.
Hasta el momento, las autoridades estatales no han emitido una postura oficial sobre estos señalamientos, pero se espera que en los próximos días se esclarezca la situación y se defina si habrá más cambios en la estructura de la SEGEY.