Con el inicio del nuevo año, también se dio paso a la antigua tradición maya del conteo de cabañuelas, una práctica ancestral diseñada por los campesinos para prever las condiciones climáticas a lo largo del año. Según Juan Vázquez Montalvo, meteorólogo de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), esta tradición tiene raíces mayas y se utiliza para determinar períodos propicios para la siembra y prepararse ante posibles sequías.
Vázquez Montalvo explicó que las cabañuelas consisten en asignar a cada día de enero un mes del año y observar las condiciones climáticas para interpretar el futuro. “Las cabañuelas dan 4 vueltas en el mes de enero. Del 1 de enero al día 12, cada día representa un mes: el día 1 es enero, el día 2 es febrero, y así sucesivamente hasta llegar al día 12, que vuelve a ser enero”, detalló.
A partir del día 13 al 24, se cuenta en sentido contrario, donde el día 13 representa diciembre, el 14 noviembre, y así sucesivamente. A partir del día 25 de enero, se vuelve a contar de manera normal, asignando dos meses por día hasta el 30 de enero. El día 31, cada dos horas equivale a un mes, concluyendo con el último minuto de enero.
Una vez finalizado el conteo de las cabañuelas, los agricultores comparan las condiciones climáticas de cada periodo asignado a un mes con las observaciones reales para prever lo que sucederá a lo largo del año. A pesar del cambio climático, esta práctica persiste en las comunidades mayas de Yucatán, siendo considerada efectiva en un 70% según el especialista.
El conteo de las cabañuelas también incluye la observación de árboles y aves nativos de la región, como la ceiba (árbol sagrado de los mayas), lo que permite a los campesinos adelantarse a las condiciones climáticas del año.
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