Triste realidad del “Renacimiento” de los malos tratos en Yucatán
Mérida, Yucatán. – Mientras el discurso oficial habla de un supuesto “Renacimiento Maya”, la realidad en la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán (SEGEY) dista mucho de ser digna, justa y respetuosa con quienes realmente sostienen el sistema educativo desde las trincheras: los Supervisores y Secretarios Técnicos de las regiones.
Un oficio dirigido al Secretario de Educación, Dr. Juan Enrique Balam Várguez, evidencia la profunda incongruencia entre el discurso institucional y las condiciones laborales reales. Técnicos de varias regiones exponen que, a pesar de desempeñar sus funciones en apoyo al fortalecimiento académico de los Supervisores Escolares, han sido obligados a pagar con su propio dinero los traslados, comidas, gasolina y peajes necesarios para cumplir sus funciones.
Los firmantes relatan que el Gobierno Estatal, hasta 2024, otorgaba vales de gasolina. Sin embargo, con la entrada del nuevo año, esos apoyos han desaparecido. Desde enero de 2025 no se ha entregado ni un solo vale, ni tampoco ningún tipo de compensación económica por su trabajo adicional, pese a las promesas de la Coordinación Estatal.
Las justificaciones ofrecidas por el Director de Desarrollo Educativo, Mtro. Manuel de Jesús Lareña España, y su asistente Alarich Ernst Nolte Blanquet, rozan lo inverosímil: que no pueden hacer trámites retroactivos. La pregunta obligada es: ¿cómo puede una administración tan organizada como presume SEGEY, “olvidar” por tres meses consecutivos a sus propios trabajadores?
“No pedimos privilegios, pedimos trato digno y responsable”, señalan los afectados. No exigen nada que no se les haya prometido o que no merezcan. Lo que piden es simple: vales de gasolina para realizar sus funciones, y el respeto que conlleva su labor profesional y humana.
A pesar del evidente maltrato, los Secretarios Técnicos siguen cumpliendo voluntariamente con su trabajo, demostrando un compromiso que parece no ser valorado por las autoridades educativas actuales.
Este caso no solo exhibe la desorganización interna, sino la arrogancia institucional que margina a quienes no forman parte del círculo privilegiado del poder.
Desde este espacio, hacemos un enérgico llamado al gobernador Joaquín “Huacho” Díaz Mena: ¡es momento de poner orden en SEGEY! El Renacimiento Maya no puede construirse sobre el desprecio a quienes verdaderamente hacen educación en Yucatán.