El escenario político en Yucatán ha tomado un giro inesperado con el ascenso de Movimiento Ciudadano (MC) como una fuerza política con Vida Gómez postulándose para la gubernatura y Gerardo Ocampo como candidato a la alcaldía de Mérida. Este fenómeno ha llevado a considerar a MC como el nuevo partido satélite, una posición que anteriormente ocupó el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
La incógnita ahora se centra en la dirección que tomará MC en la región: ¿operará en alianza con Morena, tal como ocurre a nivel nacional, o se alineará con el PAN? El partido ha emergido como un auténtico comodín en el ámbito político yucateco, relegando al “club de Toby” de Ivonne Ortega Pacheco a una posición de partido satélite obediente.
La estrategia de MC parece clara y directa: apuntar hacia el voto juvenil e indeciso, lo que ha dejado a otros potenciales candidatos fuera del panorama político. La falta de otros contendientes se interpreta como un enfoque deliberado hacia este segmento específico del electorado.
Vida Gómez y Gerardo Ocampo son figuras estrechamente vinculadas a Ivonne Ortega, mostrando fidelidad a sus directrices. Ocampo, además de su participación política, está involucrado en Yucatán Ahora, un medio de comunicación, y es hijo de Joaquín Ocampo, propietario del mismo. Esta conexión lo vincula estrechamente con el círculo cúpula del PAN, lo que plantea interrogantes sobre el futuro de MC, un partido que ha visto cómo muchos abandonan sus filas debido a su falta de autenticidad política.
Este cambio de posición de MC ha generado debates y especulaciones sobre su papel y dirección futura en Yucatán. Mientras se acerca el periodo electoral, la incertidumbre sobre su verdadera alianza política y su compromiso genuino con los intereses de la ciudadanía persisten, dejando un panorama político regional en constante cambio y evolución.