La delegación federal de la Secretaría del Bienestar en Yucatán atraviesa una creciente crisis de imagen institucional, señaladamente por el actuar de su actual titular, Rogerio Castro Vázquez, quien enfrenta una oleada de señalamientos públicos y denuncias que lo colocan, una vez más, en el centro de la polémica.
Castro Vázquez, identificado como uno de los morenistas fundadores en la entidad, se encuentra bajo fuertes cuestionamientos luego de que varios extrabajadores del Bienestar denunciaran despidos injustificados, sin que hasta la fecha el funcionario haya ofrecido una explicación clara o legalmente sustentada.
La situación se ha agravado al tratarse de personas con experiencia y trayectoria en el movimiento de la Cuarta Transformación, lo que ha generado molestia dentro de las propias filas de Morena. La falta de transparencia en estos procesos ha abonado a una percepción de autoritarismo e impunidad.
El también exsecretario general de gobierno ha acumulado una serie de señalamientos a lo largo de los últimos años, los cuales resurgen cada vez que asume un cargo público. Diversas voces recuerdan su paso por áreas jurídicas estatales, donde su nombre ya era asociado con irregularidades, tratos poco claros y un trato altivo hacia los usuarios.
Actualmente, su presencia en la Delegación del Bienestar ha sido calificada como una carga para la imagen del gobierno federal en Yucatán, debido al cúmulo de quejas ciudadanas relacionadas con falta de atención, recursos que no llegan, prepotencia en el trato a beneficiarios y personal, así como una supuesta red de favoritismos internos.
Frente a este escenario, se han alzado voces dentro y fuera del partido guinda para que la Secretaría del Bienestar a nivel nacional tome cartas en el asunto. La exigencia no solo es de índole administrativa: se pide una investigación interna, pero también un relevo inmediato para recomponer la imagen y funcionamiento de la delegación estatal.
“El Bienestar en Yucatán necesita urgentemente una nueva cara, alguien que inspire confianza y sea congruente con los principios del movimiento”, comentaron militantes inconformes, quienes consideran que la permanencia de Castro Vázquez ha generado un daño profundo a la credibilidad del partido en la entidad.
En redes sociales y espacios de opinión, la figura de Rogerio Castro ha sido fuertemente golpeada. Aquella imagen del maestro rural que ascendió políticamente se ha difuminado en medio de acusaciones de corrupción, favoritismo, enriquecimiento ilícito y abandono institucional.
Analistas coinciden en que su capital político ha sido “liquidado” y que hoy, incluso dentro de Morena, su nombre es sinónimo de desgaste y conflicto.
La pregunta que flota en el ambiente político local es clara: ¿Qué más debe ocurrir para que desde la Ciudad de México se tome una decisión que ayude a salvar la operación del Bienestar en Yucatán?