La reciente expulsión de Enrique Yañez del exclusivo Club Campestre de Mérida desató un escándalo que ha puesto bajo la lupa a las altas esferas sociales de la ciudad. Yañez, un miembro de larga data, fue acusado de robar dinero y objetos de lujo de socios del club, incluidos relojes de alta gama como un Rolex. Tras una serie de quejas formales de varios socios, el club revisó las cámaras de seguridad y descubrió un patrón alarmante: Yañez sustraía las llaves de los vehículos de otros miembros para robar efectivo y pertenencias personales.
Uno de los casos que encendió las alarmas fue el del socio Lorenzo Gasque, quien denunció el robo de 12 mil pesos en efectivo que había dejado en su vehículo dentro del estacionamiento del club. Al investigar la denuncia, el club revisó un mes de grabaciones y confirmó que Yañez había accedido a vehículos de diferentes socios en al menos 17 ocasiones.
El escándalo no solo involucró al club, sino también a la familia de Yañez. Su esposa reveló que él tenía una adicción al juego y que incluso había robado 800 mil pesos de sus propios hijos para financiar su ludopatía. Además, Yañez tiene un historial de fraude en la venta de terrenos ejidales y estafas a mujeres de la tercera edad, según informó su esposa.
El Club Campestre decidió vetar de por vida a Yañez, en un intento por proteger a sus socios y restaurar su imagen tras estos bochornosos episodios. Sin embargo, el caso ha generado fuertes críticas y preocupación por la seguridad dentro de las instalaciones de uno de los clubes más prestigiosos de Mérida.