En el oscuro escenario político de Mérida, Dafne López Martínez, una figura previamente vinculada al PRI y señalada como el principal prestanombres en los negocios de bienes raíces de Joaquín Díaz Mena, emerge como una figura controvertida, teñida de soberbia.
Su paso por las filas del tristemente célebre gobierno de Ivonne Ortega Pacheco lo ha dejado marcado, asociándolo con personajes quemados de la política, entre ellos Antonio Homá Serrano, Francisco Torres Rivas y otros compadres que ahora intenta imponer en la campaña de Morena en Mérida.
Después de que el PRI sufriera una derrota en las elecciones, el protegido de Díaz Mena cambió de bandera y se sumió en negociaciones clandestinas junto a Luis Hevia Jiménez, otro expriista cuya participación como coordinador general de la campaña de “Lechitas” en la gubernatura yucateca solo resultó en una reducción de preferencias electorales para la causa guinda.
Bajo el nuevo estandarte de Morena, Dafne López busca afanosamente colocar a sus compadres como operadores políticos, desencadenando decisiones que no favorecen al trapecista Rommel Pacheco Marrufo, impuesto para la lucha por la alcaldía de la Ciudad Blanca.
El grupo ivonnista opera en la sombra, intentando perjudicar al panista traidor y apoderarse del tesoro destinado a la campaña electoral de 2024.
En medio de esta intriga política, críticas y desconfianza rodean a Dafne López. La falta de experiencia y una actitud soberbia, que siempre ha caracterizado al político, dificultan el acercamiento de diversos grupos políticos a las filas de Morena.
Dentro del partido, las voces morenistas se alzan contra este recién convertido en militante, vinculado con la llamada Mafia Inmobiliaria, acusándolo de incorporar a personas responsables de derrotas anteriores en otros partidos, cuyo único interés parece ser sacar provecho económico de las campañas y obtener un lugar en el escenario político.
Incluso, el diputado local morenista Rafael Echazarreta Torres, en una rueda de prensa, expresó su preocupación por el impacto de los “chapulines neomorenistas” y vaticinó que Morena perderá con Rommel y Huacho.
En un tono crítico, cuestionó la legitimidad de pedir votos con figuras como Dafne López y Luis Hevia, tildándolos de abrir la caja de Pandora y creyendo erróneamente que representan la renovación del partido.
En este turbio panorama, la política de Mérida se envuelve en una narrativa cargada de intrigas, rivalidades y un cuestionamiento profundo sobre el rumbo de Morena en la ciudad.
