La prensa tradicional en Yucatán atraviesa uno de sus momentos más críticos. Todo indica que en los próximos meses podrían cerrar sus puertas los diarios impresos Novedades de Yucatán y De Peso, dos medios que durante décadas formaron parte del panorama informativo del sureste mexicano.
La preocupación crece al interior de ambas redacciones, donde trabajadores señalan que los pagos han dejado de ser puntuales y que sus empleos están en riesgo ante la falta de claridad sobre el futuro de los medios pertenecientes al grupo editorial fundado por don Andrés García Lavín.
La situación se agravó esta semana, cuando por primera vez desde su fundación hace 60 años, Novedades de Yucatán no circuló los días miércoles y jueves, junto con su periódico hermano De Peso, que antes de la pandemia lideraba la distribución de prensa popular en la región con un tiraje diario que superaba los 85 mil ejemplares.
Del liderazgo al estancamiento
Durante años, De Peso fue uno de los diarios más leídos del estado, con un enfoque popular, crónica roja y temas cotidianos que captaban el interés masivo. Incluso, durante el sexenio de Ivonne Ortega Pacheco, su circulación llegó a alcanzar los 130 mil ejemplares, en parte por la cobertura de hechos violentos que marcaron esa etapa. El medio se convirtió en un fenómeno editorial que acaparaba inversión publicitaria.
Sin embargo, la pandemia de COVID-19 y la consolidación de los medios digitales gratuitos, modificaron radicalmente las reglas del juego. Los hábitos de consumo informativo cambiaron, la publicidad migró al entorno digital y los costos de impresión se volvieron insostenibles. De Peso, al igual que muchos medios impresos, no logró adaptarse a tiempo.
Decisiones internas que agravaron la crisis
Fuentes al interior de ambos diarios señalan que, además del entorno adverso, las decisiones administrativas de los herederos del consorcio García Lavín han impactado negativamente la operación. Algunos trabajadores acusan una gestión errática, que incluyó la salida de personal experimentado bajo el argumento de renovar con jóvenes, lo que no dio los resultados esperados.
En el caso de Novedades de Yucatán, se ha señalado que la línea editorial fue, durante años, poco incisiva, sin competir realmente con otros medios de mayor influencia como el Diario de Yucatán. La transición de su edición dominical al formato “Mundo al Día”, en su momento, fue considerada por algunos como un error que contribuyó a su paulatino declive.
Riesgo laboral y sin respuestas claras
Mientras los trabajadores continúan laborando con incertidumbre total, lo que más preocupa es la falta de información clara de parte de los directivos. Algunos analistas señalan que existe la posibilidad de que se declare la quiebra legal, lo que permitiría al grupo empresarial deshacerse de compromisos financieros y laborales, para posiblemente reiniciar operaciones bajo otro nombre o en otro formato.
A esto se suma que, en el estado de Quintana Roo, otros medios propiedad del grupo han aplicado un “operativo guillotina” que ha dejado fuera a más de 350 empleados en los últimos meses, según reportes locales.
La era digital reconfigura el panorama
Este caso refleja la crisis estructural que atraviesan los medios impresos no solo en Yucatán, sino a nivel nacional. La llegada de nuevas tecnologías, redes sociales, medios digitales de bajo costo y plataformas emergentes, ha transformado por completo la forma en que se produce, distribuye y consume la información.
Hoy, medios que durante décadas dominaron el espacio público y concentraron inversiones publicitarias, enfrentan una reconversión urgente o su extinción inevitable. Y como suele suceder en estos procesos, los más afectados son los trabajadores, quienes ven desvanecerse años de esfuerzo, muchas veces sin indemnizaciones o certeza laboral.
Mientras tanto, la comunidad periodística local observa con atención lo que podría ser el ocaso definitivo de dos de los diarios más emblemáticos de la prensa yucateca.