En un reality donde se espera que las celebridades brillen tanto por sus habilidades culinarias como por su carisma, Lilo Fa ha sido, hasta ahora, la gran ausente. La influencer y esposa del clavadista olímpico Rommel Pacheco ha pasado prácticamente desapercibida en los dos primeros episodios de MasterChef Celebrity: Generaciones, lo que ha generado cuestionamientos entre la audiencia sobre su participación.
Desde el estreno de la temporada, Lilo Fa no ha tenido ni una sola intervención destacada en la cocina. En el primer programa, logró subir al balcón sin haber cocinado gracias al esfuerzo de su compañero Carlos Quirarte, quien lideró la salvación del equipo de los “millennials”. En el segundo episodio, la historia se repitió: nuevamente fue la labor de sus compañeros lo que la llevó a la zona de seguridad, sin que los jueces pudieran evaluar directamente su desempeño.
En el mundo de los realities, la narrativa es clave. Pero en el caso de Lilo, su historia simplemente no ha comenzado. Ni los jueces han tenido palabras para ella, ni el público ha podido ver si realmente sabe cocinar. Su presencia en el programa parece más un cameo que una participación activa. A este paso, ni siquiera sus seguidores más fieles podrían afirmar con certeza si tiene o no talento culinario.
Y aunque en redes sociales ella presume con orgullo sus raíces yucatecas, en el reto de campo del segundo episodio –realizado en una vecindad de la Ciudad de México bajo el sol de mediodía– fue la primera en mostrarse exhausta. A pesar de que la temperatura apenas alcanzaba los 25 grados, Lilo no aguantaba el calor, lo que generó burlas y comentarios en redes sociales sobre su capacidad de representar una región como Yucatán, famosa precisamente por su clima caluroso.
En contraste con otros participantes que ya comienzan a destacar por su sazón, su sentido del humor o su capacidad de liderazgo, Lilo Fa simplemente no ha dejado huella. Memo Ríos, por ejemplo, ha generado más comentarios y reacciones en redes gracias a sus chistes y simpatía. Otros competidores ya son tema de conversación y memes, pero en el caso de Lilo, su nombre apenas aparece.
Incluso en una temporada que se caracteriza por reunir a personalidades de diferentes generaciones, su perfil es de los más bajos. No ha tenido roces, no ha brillado en retos, no ha tenido momentos memorables y ni siquiera ha generado polémica. Si la televisión se nutre de contenido, Lilo Fa aún le debe al público algo que contar.
De continuar con este ritmo, la influencer corre el riesgo de salir sin que nadie note su ausencia. A dos programas de haber iniciado la competencia, no ha aportado ni en cocina ni en entretenimiento, lo cual podría jugarle en contra en un formato donde los errores no perdonan, pero tampoco la irrelevancia.
Por ahora, Lilo Fa sigue avanzando en MasterChef Celebrity gracias al esfuerzo de otros. Pero el tiempo se agota, y si no encuentra pronto su voz, su sazón o su momento de brillar, podría convertirse en uno de los casos más grises que ha visto esta versión del programa.