La reciente designación de Tekax como Pueblo Mágico ha generado sorpresa y descontento entre algunos residentes, quienes expresan su desagrado por la posible concentración de beneficios en el nepotismo del panista Diego José Ávila Romero y los trabajadores municipales.
Se señala que varios negocios promovidos para atraer a turistas pertenecen a empleados del Ayuntamiento, generando críticas sobre la equidad en el reparto de oportunidades. Además, se destaca que algunos comercios planean orientarse exclusivamente hacia visitantes extranjeros, lo que podría afectar a los establecimientos locales.
El mercado municipal, en remodelación desde hace más de seis meses, ha dejado a los locatarios sin espacio temporal y ha afectado significativamente la economía de quienes dependían de este centro de abasto. Los tricitaxis también experimentan una disminución en la demanda, mientras que las camionetas de traslado de Mérida-Tekax no anticipan beneficios económicos sustanciales por la designación.
Algunos habitantes expresan preocupación por la posibilidad de desvío de recursos en obras no prioritarias, mientras calles llenas de baches no reciben la atención necesaria. La controversia resalta la división en la percepción de la designación, con algunos considerando que Tekax es hermoso por sí mismo, independientemente del título de Pueblo Mágico.
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