Priístas indignados colocaron un moño negro en el busto de Víctor Cervera Pacheco en la Casa del Pueblo, en señal de luto por el fin del cerverismo, que consideran ha muerto con la traición política de sus hijos, Víctor y Felipe Cervera Hernández, al unirse a Morena.
Jorge Murillo Burgos, exregidor priísta y Eloy Quiroz Ávila, ex candidato a la presidencia del PRI, encabezaron este acto para expresar su molestia y decepción hacia los hermanos Cervera Hernández, quienes se regalaron a Morena en el marco de una cena familiar.
“Cervera Pacheco era un líder consciente, que amaba a su pueblo y buscaba su progreso. Nunca habría estado con MORENA ni promovido el rencor social. Si su padre viviera, se moriría de vergüenza al ver lo que sus descendientes han hecho con su nombre”, expresó Murillo.
La respuesta a la traición vino de la base: de los priistas que soñaron, lucharon junto con Cervera Pacheco en la búsqueda de la grandeza de Yucatán, de ese Yucatán que tanto amara el político originario de Dzemul. Los indignados priistas, acudieron a la Casa del Pueblo a manifestar su molestia, su indignación.
Decidieron ir a la sede de su partido, para hacer notar que el cerverismo ha muerto. Cervera Pacheco no era socialista. Cervera nunca hubiera estado con MORENA, Cervera era un líder consciente, que amaba a su pueblo y buscaba su progreso