La Secretaría de Agricultura, Desarrollo Rural y Pesca de Quintana Roo ha decretado cuarentena en Bacalar tras la detección del gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax), una plaga letal que devora el tejido vivo del ganado y pone en jaque a la industria pecuaria del estado.
El brote, confirmado el pasado 20 de febrero, ha encendido las alarmas sanitarias, pues la presencia de este parásito no solo afecta la salud animal, sino que también impacta la economía regional al restringir la exportación de reses a mercados clave como Estados Unidos. “No podemos permitir que esta plaga se extienda. Estamos implementando medidas drásticas para contenerla antes de que sea incontrolable”, advirtió Jorge Aguilar Osorio, titular de la dependencia.
Las autoridades han desplegado un operativo de emergencia que incluye inspecciones masivas en ranchos, aplicación obligatoria de tratamientos con Negasunt e Ivermectina, y vigilancia epidemiológica reforzada en toda la región. Además, se ha solicitado la cooperación inmediata de Chiapas, Campeche y Yucatán para reforzar el cerco sanitario en la Península.
La situación es crítica. El gusano barrenador, erradicado en México hace décadas, ha reaparecido con fuerza en la frontera sur, amenazando con un desastre zoosanitario. Senasica y autoridades de Belice han entrado en acción para coordinar estrategias de contención, pero los ganaderos advierten que el daño ya está hecho. “Si no hay apoyo real, esto se va a convertir en un desastre. Cada día que pasa, perdemos más animales”, denunció un productor afectado en Bacalar.
El gobierno estatal ha hecho un llamado urgente a los ganaderos para reportar cualquier caso sospechoso y aplicar protocolos estrictos. Sin una respuesta contundente y recursos suficientes, el gusano barrenador podría convertirse en la peor crisis sanitaria para el sector en años.