A pocas semanas de que se lleve a cabo la tradicional Semana de Yucatán en México, en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México, crecen las voces de inconformidad por el supuesto acaparamiento de los stands comerciales por parte de un reducido grupo de operadores políticos y empresarios cercanos a figuras del poder local.
De acuerdo con diversas versiones, Milo “Huachicol” Barrera, junto con Salvador Vitelli y un operador de apellido Frías —quien en su momento estuvo vinculado al exalcalde Renán Barrera— habrían asegurado, por medio de familiares, empleados y amigos, una parte significativa de los espacios que tradicionalmente se destinan a empresas, productores y artesanos de la entidad.
La situación ha despertado molestia, ya que varias agrupaciones y productores locales manifestaron interés en participar en esta edición de la muestra, considerada una de las vitrinas más importantes para la promoción cultural, artesanal y gastronómica del estado, pero al solicitar información, se encontraron con que todos los espacios ya estaban asignados.
“Es como en los partidos de los Leones de Yucatán: los boletos desaparecen en cuanto salen a la venta porque se los acaparan revendedores y al público en general ya no le queda nada. Algo similar pasó con la Semana de Yucatán en México”, señaló uno de los inconformes que pidió el anonimato.
Otro aspecto que ha generado suspicacias es que no se invitó a municipios, pueblos mágicos ni artesanos independientes, sectores que en ediciones anteriores aportaban parte esencial del atractivo de la muestra. En su lugar, los espacios se habrían repartido entre operadores y allegados de los mencionados personajes, quienes esperan sacar una fuerte ganancia económica del evento.
El nombre de Milo Barrera, actual titular de la Secretaría de Fomento Económico y del Trabajo (Sefoet), también ha salido a relucir en este tema. Aunque ha enfrentado críticas por su desempeño en el cargo, versiones apuntan a que, con el respaldo de un grupo de empresarios de Puebla vinculados a Morena, estaría perfilándose como aspirante a la alcaldía de Mérida en 2027, pese a su escasa popularidad en el estado.
Para sectores productivos y sociales, la polémica empaña la esencia de la Semana de Yucatán en México, que nació como un foro de promoción para el talento local, la cultura y la economía de los municipios. “Es lamentable que un evento de este alcance se convierta en negocio de unos cuantos”, señalaron representantes de agrupaciones que quedaron fuera.
Si bien hasta ahora no ha habido una postura oficial sobre las denuncias, algunos actores esperan que el gobernador intervenga y ponga orden, a fin de que el evento cumpla con su verdadero objetivo: proyectar a Yucatán en el escaparate nacional y no convertirse en un beneficio exclusivo de unos cuantos.

