El gobernador de Yucatán, Joaquín Díaz Mena, realizó recientemente una visita al Centro de Reinserción Social (Cereso) de Mérida, una institución que se ha consolidado como un modelo de tranquilidad y reinserción social en México. Durante 28 años, el director del penal, Francisco Brito Herrera, ha mantenido un régimen caracterizado por la estabilidad y el respeto a los derechos humanos, logrando que este Cereso sea considerado el más tranquilo del país.
La visita del mandatario estatal, acompañado por su esposa Wendy Méndez Naal, presidenta honoraria del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) Yucatán, destacó la importancia de los programas de capacitación laboral, actividades deportivas y talleres culturales que se ofrecen a los internos. Estas iniciativas buscan facilitar la reintegración social y han tenido un impacto positivo en la población penitenciaria. “La atención a estas iniciativas reafirma el compromiso del gobierno estatal con una política de reinserción social efectiva y con respeto a la dignidad de las personas”, señaló Brito Herrera.
En el marco de la visita, los internos presentaron el espectáculo musical El Gran Showman, basado en la vida de P.T. Barnum, adaptado a la realidad yucateca. El evento incluyó menciones a figuras históricas locales como Elvia Carrillo Puerto, Raquel Dzib Cicero y Rita Cetina Gutiérrez, así como al proyecto de gobierno “Renacimiento Maya” impulsado por Díaz Mena. “Esta obra demuestra que todos podemos encontrar una luz al final del camino y avanzar”, expresó el gobernador, quien felicitó a los participantes por su dedicación.
Francisco Brito Herrera también destacó que esta fue la primera ocasión en que un gobernador, acompañado de su familia, recorrió las instalaciones internas del penal. Durante el recorrido, el gobernador participó en un pase de lista y dialogó con las autoridades penitenciarias sobre los avances en seguridad y rehabilitación.
Con el respaldo del gobernador, Brito Herrera podría continuar al frente del Cereso durante otros seis años, fortaleciendo su legado como el único director en el país que ha mantenido una cárcel en paz durante casi tres décadas. La visita fue un recordatorio del compromiso del gobierno estatal con la justicia y la reintegración social, así como un reconocimiento a la labor de un líder que ha sabido equilibrar la disciplina y la humanización del sistema penitenciario.