En Hocabá, un encantador municipio de Yucatán, la tradición y el esfuerzo familiar se unen para producir una de las botanas más queridas de la región: los famosos “Charritos El Papacito”. Este negocio familiar ha conquistado el paladar de locales y visitantes, con una receta artesanal que tiene sus raíces en la pasión y dedicación del señor Eduardo Pool Euán, conocido cariñosamente como “El Papacito”.
La historia de esta botana comenzó hace años, cuando el joven Eduardo, a sus 17 años, aprendió a elaborar charritos en Mérida. Hoy, esta receta se ha convertido en un símbolo de esfuerzo y trabajo en equipo para la familia Pool Euán, quienes la producen con ingredientes 100% caseros y un toque especial que solo se encuentra en Hocabá.
Un negocio que une a la familia y conserva una tradición
El proyecto no solo busca compartir la delicia de los charritos, sino también preservar una tradición local y ofrecer un producto que sea reflejo del amor y la autenticidad de la cultura yucateca. Cada miembro de la familia participa en el proceso, haciendo de “El Papacito” no solo una botana, sino también una fuente de unión y orgullo para ellos.
La fama de los charritos se ha extendido, y cada día son más las personas que llegan a Hocabá para probar estas botanas únicas. Para los Pool Euán, esto es una motivación para seguir creciendo sin perder el toque casero que los caracteriza.
Una invitación para todos
Si tienes la oportunidad de visitar Hocabá, no dudes en buscar “Charritos El Papacito” y disfrutar de esta deliciosa botana. Detrás de cada bolsa de charritos hay una historia de esfuerzo y amor por la tradición, que esta familia ha decidido compartir con todo aquel que aprecie los sabores auténticos de Yucatán.
Con esta botana, la familia Pool Euán demuestra que los sueños y los proyectos familiares son posibles y que el trabajo en equipo puede transformar una receta en un legado. 🍲❤️