La tranquilidad del puerto de Progreso ha sido sacudida por una preocupante ola de robos, en la que más de ocho motos acuáticas han sido sustraídas en las últimas semanas. Este incremento de la inseguridad ha generado alarma entre residentes y visitantes, quienes temen que la situación se siga agravando.
El caso más reciente que ha indignado a la comunidad es el robo de una moto acuática en plena zona costera, un hecho capturado en video por testigos y difundido en redes sociales por Roberto Canul, el propietario del vehículo. La moto, una Yamaha modelo 2014, fue robada mientras se encontraba en las afueras de la residencia de Canul, en una zona que suele ser considerada segura, especialmente durante la temporada vacacional.
Sin embargo, este no es un incidente aislado. La temporada vacacional ha traído consigo una oleada de robos de motos acuáticas, un problema que, según vecinos y veraneantes, no es nuevo, pero que ha alcanzado niveles alarmantes en este verano. “Es desesperante. Estás aquí para disfrutar y de pronto te das cuenta de que se han llevado tu propiedad, y lo peor es que parece que nadie puede hacer nada al respecto”, comentó un residente temporal de Progreso.
Lo que ha hecho que la situación cobre mayor relevancia mediática es que entre las motos robadas se encuentra la perteneciente a Mauricio Vila Dosal, exgobernador de Yucatán. Este hecho ha generado un fuerte eco en redes sociales y ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de la seguridad incluso para figuras públicas de alto perfil. La comunidad ha exigido respuestas y acciones concretas por parte de las autoridades, que hasta ahora han mantenido silencio sobre los avances en la investigación.
Progreso, conocido por ser un destino turístico clave en Yucatán, se encuentra en una encrucijada: el crecimiento del turismo y el desarrollo urbano han traído consigo no solo beneficios económicos, sino también un aumento de la delincuencia. La falta de presencia policial efectiva y la impunidad con la que actúan los delincuentes son motivos de preocupación entre los habitantes del puerto.
Ante esta situación, varios propietarios de motos acuáticas han optado por reforzar la seguridad de sus vehículos o incluso evitar dejarlos a la intemperie. No obstante, estas medidas no han sido suficientes para frenar la creciente ola de robos, que sigue afectando a la comunidad.
La inseguridad en Progreso es ahora un tema central de conversación, y la presión sobre las autoridades locales para tomar medidas decisivas es cada vez mayor. Los habitantes y visitantes esperan que se implemente una estrategia efectiva que no solo recupere los vehículos robados, sino que también garantice la seguridad de todos en este puerto que, hasta hace poco, era sinónimo de paz y tranquilidad.