El histórico desempeño de Isaac del Toro en el Giro de Italia, donde se convirtió en el primer mexicano en subir al podio de una gran vuelta ciclista, ha generado orgullo a nivel nacional. Sin embargo, su hazaña también ha encendido una polémica que deja al descubierto la fragilidad del sistema de apoyo al deporte mexicano.
A pesar de haber sido el mejor juvenil del evento, ganador de una etapa y líder de la clasificación general durante 11 días, el joven ciclista no recibió respaldo de las autoridades deportivas mexicanas. Así lo aseguró su padre, José del Toro, quien respondió de manera contundente a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y a su titular, Rommel Pacheco, por intentar adjudicarse parte del mérito de su hijo.
“Siempre hablan de millones y millones, pero yo no conozco a un ciclista que le paguen los viáticos, el pasaje o la inscripción. Yo batallé tanto con mis hijos y jamás recibí una ayuda de ningún tipo”, afirmó José del Toro en entrevista con la periodista Katya López.
La molestia del padre del ciclista se desató luego de que Rommel Pacheco declarara que Isaac era un producto de la Olimpiada Nacional. José del Toro fue claro y directo: “¿Qué puedo decirle a Rommel? Es una falta de respeto para mí, para Isaac y para los deportistas. ¿Cómo hablan de apoyo cuando no ha sido apoyado? Preferiría que no se dijera nada ni se utilizara su nombre para ese tipo de cosas”.
Las declaraciones del padre de Isaac del Toro exhiben una dura realidad para muchos atletas mexicanos: el éxito deportivo no siempre es consecuencia del respaldo institucional, sino del esfuerzo familiar y personal, muchas veces sin recursos ni acompañamiento.
Esta situación deja mal parada a la Conade y a su actual dirección, pues pone en entredicho los supuestos apoyos al alto rendimiento y abre un debate urgente sobre las verdaderas prioridades del deporte nacional. Mientras el país celebra a Isaac del Toro como un héroe del ciclismo, su familia exige que no se le niegue la verdad detrás de su esfuerzo: lo logró a pesar del sistema, no gracias a él.