Hoy la comunidad de Celestún se ve nuevamente afectada por la ola de robos que azota la región. En esta ocasión, la iglesia del puerto fue el blanco de los delincuentes, quienes sustrajeron una bocina. La indignación de los residentes se intensifica al notar la falta de acción por parte de la autoridad local.
El alcalde, quien reside en Mérida, parece estar más preocupado por los asuntos de su casa que por la seguridad de los ciudadanos de Celestún. La comunidad expresa su descontento ante la ausencia de policías y el incremento de actos delictivos que quedan impunes.
Se ha compartido la imagen de una persona señalada como el presunto ladrón de la iglesia, subrayando la frustración de la población por el abandono de su localidad. Los residentes, cansados de la falta de respuesta por parte de las autoridades, hacen un llamado a la acción y a la presencia policial en el municipio para frenar la creciente inseguridad que afecta a Celestún.