Mérida, Yucatán. – La ambición desmedida de ciertos empresarios locales y foráneos ha quedado nuevamente en evidencia con el caso del bar “El Despecho Mérida”, cuya operación ha generado un grave problema de ruido que afecta directamente a los pacientes en recuperación del Hospital Faro y familias que viven alrededor. A pesar de las denuncias reiteradas de vecinos y familiares, los dueños del establecimiento han mostrado una total insensibilidad al continuar con su negocio sin importar las consecuencias.
Detrás de este intento de reactivación del bar, se señala a Mario Millet el vicegobernador, quien habría utilizado a su prestanombre Raúl Barroso para obtener un amparo y así eludir las normas establecidas. Sin embargo, el Ayuntamiento de Mérida ha mantenido una postura firme y ha negado el permiso, argumentando que el negocio incumple los reglamentos municipales de operación y control de ruido.
Este caso expone la falta de escrúpulos de empresarios que, con tal de seguir lucrando, ignoran por completo la salud y el bienestar de quienes más lo necesitan. Pacientes en estado crítico ven afectada su recuperación por la contaminación acústica generada por el bar, mientras sus dueños intentan forzar su funcionamiento sin importar las consecuencias humanas.
Ante la indignación ciudadana, las autoridades locales han reiterado la necesidad de hacer cumplir las normativas para proteger a la comunidad. Vecinos han exigido sanciones ejemplares y mayor vigilancia para evitar que estos empresarios sin escrúpulos sigan operando en detrimento de la salud pública.
El Ayuntamiento de Mérida ha reafirmado su compromiso de impedir la reapertura del bar mientras no cumpla con los requisitos legales y ambientales necesarios. Sin embargo, la comunidad sigue en alerta, exigiendo que se priorice la salud y el bienestar sobre los intereses económicos de unos pocos.