Mérida, Yucatán, 4 de septiembre de 2025.– El panorama para la educación privada en Yucatán sigue en retroceso: en el arranque del ciclo escolar 2025-2026, unas 20 escuelas particulares dejaron de operar, la mayoría de nivel preescolar y primaria, debido al desgaste financiero que arrastran desde la pandemia y al fuerte cobro de impuestos.
La Asociación Mexicana de Escuelas Particulares de Yucatán (Amepac) confirmó que apenas ayer se sumó otro colegio al listado de cierres. Actualmente, de los más de 200 planteles que existían antes de 2020, solo 180 afiliados a la organización continúan en funcionamiento, atendiendo a una población estimada de 18 mil a 20 mil alumnos.
Pérdida de becas y rezago educativo
El presidente de la Amepac, Elías Dájer Fadel, lamentó que el cierre de estos 20 planteles implique también la desaparición de becas que beneficiaban a cientos de estudiantes, con un valor aproximado de 120 millones de pesos anuales.
“Desde la pandemia del Covid-19 hasta hoy han cerrado poco más de 200 colegios privados, muchos de ellos con una trayectoria académica consolidada. La mayoría son preescolares, aunque también hay primarias. El problema es que se asume que no pasó nada, mientras las escuelas enfrentan una carga fiscal más fuerte que la de otros sectores productivos”, declaró.
Consecuencias sociales
El también director de un colegio en Mérida advirtió que las consecuencias ya son palpables:
“El cierre de escuelas no solo es una pérdida educativa; también genera cambios en la percepción social y en la seguridad de la ciudad y del estado. Estamos ante un impacto silencioso pero profundo”, afirmó.
Intentos de sobrevivencia
Dájer Fadel detalló que los colegios han buscado acuerdos con proveedores y negociaciones con autoridades, además de apoyarse en la relación con los padres de familia para sostener sus operaciones. Sin embargo, la presión fiscal y el aumento constante en los costos laborales mantienen a los planteles en una situación crítica.
Con este nuevo golpe, la Amepac enfrenta el reto de garantizar la continuidad educativa de miles de niños y jóvenes en un entorno donde, año con año, más escuelas privadas desaparecen del mapa académico de Yucatán.