La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha condenado enérgicamente la masacre de al menos 184 personas ocurrida recientemente en Haití, en uno de los actos de violencia más atroces que sacuden al país. El organismo internacional instó a las autoridades haitianas y a la comunidad internacional a actuar con urgencia para garantizar justicia y frenar la escalada de violencia que asola la nación.
Según informes de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití (BINUH), la masacre ocurrió en un contexto de enfrentamientos entre grupos armados que luchan por el control territorial. Víctimas civiles, incluidas mujeres y niños, fueron asesinadas brutalmente, mientras decenas de hogares fueron incendiados, dejando a cientos de familias desplazadas.
“Este acto de barbarie no debe quedar impune,” declaró un portavoz de la ONU, subrayando la necesidad de reforzar la seguridad en el país y atender las causas profundas de la crisis.
La situación en Haití sigue deteriorándose debido a la violencia de pandillas, el colapso de las instituciones gubernamentales y la pobreza extrema. En lo que va del año, más de 3,000 personas han perdido la vida a causa de la violencia, y miles más han sido desplazadas.
Ante esta tragedia, organizaciones de derechos humanos y la comunidad internacional han exigido una intervención coordinada para estabilizar la situación, proteger a los civiles y castigar a los responsables de estos crímenes atroces.
La comunidad haitiana, profundamente afectada por la masacre, clama por paz y justicia en un país que vive una de las crisis humanitarias más graves de su historia reciente.