PorEsoMx | Redacción
Cancún, Quintana Roo.– En un giro que ha causado indignación, el exespía argentino Raúl Martins Coggiola, conocido como “El Rey del Burdel”, volvió a instalarse en la zona hotelera de Cancún, donde disfruta de prisión domiciliaria en un lujoso penthouse mientras enfrenta cargos por trata de personas y lavado de dinero.
El polémico personaje, de 71 años, reside ahora en el fraccionamiento Maralago, uno de los más exclusivos del Caribe mexicano, donde su presencia ha roto la tranquilidad de los vecinos, quienes denuncian ruidos, fiestas nocturnas y vigilancia constante de la Guardia Nacional.
De la cárcel al lujo: prisión domiciliaria frente al mar
Según una investigación del periodista Óscar Balderas para Milenio, desde el 1 de septiembre de 2025, Raúl Martins consiguió que un juez le permitiera continuar su proceso judicial en prisión domiciliaria.
Pasó del Reclusorio Norte de la Ciudad de México a un departamento frente al mar con custodia de 40 elementos de la Guardia Nacional, que resguardan el edificio las 24 horas.
Los residentes notaron el cambio cuando vehículos oficiales y personal armado comenzaron a rondar el inmueble ubicado en el kilómetro 9.5 de la carretera de la Zona Hotelera.
De acuerdo con los reportes, Martins vive en el departamento F del piso 10, junto a su pareja y socia Estela Noemí Percival, señalada también por presuntos negocios ilícitos.
“El Rey del Burdel”: un pasado marcado por la trata y la extorsión
Raúl Martins, quien se hacía llamar “El Rey del Burdel”, fue detenido en 2019, acusado de operar una red internacional de explotación sexual.
En Buenos Aires y Cancún, administraba antros como The One, Ellegance, Divas y Mix Sky Lounge, que en realidad funcionaban como casas de seguridad para mujeres víctimas de trata, forzadas a prostituirse bajo amenazas de muerte.
Además, Martins fue señalado por grabar a escondidas a políticos y empresarios que contrataban servicios sexuales, para después extorsionarlos con los videos.
Su propia hija, Lorena Martins, lo ha descrito públicamente como “despiadado” y ha pedido justicia por las víctimas.
Vecinos de Maralago: “Vivimos inseguros”
Habitantes del exclusivo fraccionamiento Maralago afirman que la llegada de Martins ha traído inseguridad y ruido constante.
“Todos están muy molestos. Se sienten inseguros y vulnerables, porque no saben quién entra o sale del edificio”, relató una residente.
Pese a estar bajo custodia militar, las fiestas y el ruido nocturno son constantes, según los vecinos, quienes aseguran escuchar música y gritos hasta la madrugada.
Víctimas denuncian impunidad
Una de las sobrevivientes, identificada como “Fabiola” para proteger su identidad, declaró al periodista Óscar Balderas:
“La gente debe saberlo: Raúl Martins está de vuelta en Cancún. Le permitieron regresar al lugar donde más daño hizo.
Este hombre tiene conexiones poderosas, viene a hacer negocios sucios. No sabe vivir de otra cosa.”
Un criminal que nunca se fue
El exespía, que colaboró con la Side (exservicio de inteligencia argentino), siempre aseguró que no moriría en prisión.
Su regreso a Cancún, donde hace más de dos décadas levantó su imperio de giros negros, parece confirmar su influencia política y capacidad de maniobra.
Mientras tanto, las víctimas siguen esperando justicia, y los vecinos del Caribe mexicano conviven con un personaje que simboliza la impunidad y el poder del dinero sobre la ley.

