Javier Osante Solís, coordinador de la bancada de Movimiento Ciudadano (MC) en el Congreso de Yucatán, enfrenta un creciente escándalo tras revelarse que habría simulado ser de origen indígena para obtener una curul por la vía plurinominal en 2024.
De acuerdo con una investigación publicada por el portal informativo Haz Ruido, Osante Solís obtuvo su escaño bajo una acción afirmativa destinada exclusivamente a personas indígenas, lo cual implica que mintió sobre su origen maya y sobre su pertenencia a la comunidad ejidal de Acanceh.
Lo grave del caso es que el diputado no cuenta con apellidos mayas, no habla la lengua y no es originario de la comunidad a la que dijo pertenecer. Además, desde su llegada al Congreso local, no ha impulsado ninguna iniciativa a favor de los pueblos mayas ni ha hecho referencia alguna a su supuesta identidad indígena.
Diversas voces de la sociedad civil, así como actores políticos y ciudadanos de comunidades mayas, han señalado su inconformidad con este caso, al considerar que Osante Solís ocupó un espacio que debía estar reservado a una verdadera representación indígena. También cuestionan la falta de supervisión por parte de las autoridades electorales, que permitieron su inscripción sin verificar adecuadamente su pertenencia étnica.
El escándalo salpica a la estructura de Movimiento Ciudadano, especialmente porque Osante Solís llegó al cargo con el respaldo de antiguos dirigentes del partido. También ha llamado la atención por su vínculo cercano con la diputada federal Ivonne Ortega Pacheco, con quien mantiene una relación sentimental.
Este caso vuelve a poner sobre la mesa la falta de ética en la política local y la facilidad con la que se pueden manipular mecanismos diseñados para garantizar la inclusión de sectores históricamente excluidos. Mientras tanto, la representación auténtica de los pueblos originarios sigue siendo desplazada por intereses personales y partidistas.