En el complejo tablero político de Yucatán, el PAN se perfila para retener la gubernatura, pero esta vez, en una alianza estratégica con el PRI. Este movimiento, que aparentemente luce sencillo, es resultado de una cuidadosa operación política, considerando las diferencias de fuerza, cultura y tradiciones entre ambas formaciones que históricamente han competido por el poder.
Renán Barrera, exalcalde de Mérida, emerge como la figura clave con un sólido respaldo, ostentando el 40% de la intención del voto, según una encuesta de El Universal. Frente a él, Joaquín Díaz Mena, candidato de Morena, registra un 31.7%, mientras que Vida Gómez Herrera de MC alcanza apenas un 1.9%.
Es importante destacar que Díaz Mena ya aspiró a la gubernatura en 2012 bajo la bandera del PAN, perdiendo ante el priísta Rolando Zapata Bello. En 2018, cuando el elegido fue Mauricio Vila, Díaz Mena se sumó a la 4T. Ahora, en 2023, se perfilan dos políticos que provienen de las corrientes tradicionales de la derecha en el estado, desafiando la estrategia de Morena de reclutar descontentos.
En la historia política de Yucatán, el PAN y el PRI han marcado pauta, muchas veces enfrentándose, como lo evidenciaron figuras emblemáticas como Orlando Paredes y Luis Correa Mena en tiempos de Víctor Cervera Pacheco.
La contienda del próximo año no solo será un duelo de candidatos, sino también una confrontación de legados y narrativas políticas que han influido significativamente en la dirección del estado. Renán Barrera, con su sólido respaldo, se postula como la opción destacada para liderar Yucatán en esta nueva etapa.
