En un ambiente de tensión creciente, estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) han comenzado a alzar la voz ante la escasez de plazas disponibles para el servicio social, requisito indispensable para su titulación.
En redes sociales circulan videos donde se observa a María Teresa Zapata Villalobos, coordinadora de la Licenciatura de Médico Cirujano, informando a los alumnos que sólo hay 140 plazas disponibles para el servicio social, pese a que este año los pasantes superan los 500.
Los estudiantes reclaman que la falta de espacios adecuados no solo compromete su formación profesional, sino también su seguridad personal. Christian Sáenz, Consejero Alumno de la facultad, explicó que la distribución proporcional de las plazas entre las diversas instituciones de reciente creación en Mérida ha intensificado la inconformidad.
Sáenz subrayó que en años anteriores, algunas de las plazas ofrecidas se asignaron a comunidades como Tahdziú y Dzonot Carretero, donde se han registrado casos de violencia y suicidios entre el personal sanitario. “La asignación de plazas a estas áreas no solo implica largas distancias y aislamiento, sino también un riesgo significativo para la seguridad de los pasantes, especialmente para las mujeres”, afirmó el líder estudiantil.
El directivo estudiantil también señaló que el número de becas y plazas no ha aumentado a la par del crecimiento de la matrícula estudiantil y de la apertura de nuevas escuelas de medicina en el estado.
Esta situación ha obligado a que muchos estudiantes tengan que realizar su servicio social en localidades remotas de Yucatán e incluso en otros estados, como Quintana Roo, una situación que los alumnos rechazan categóricamente.
“Estamos pidiendo una solución urgente a esta problemática, no solo por la lejanía de las plazas, sino por el riesgo que representan para nuestra seguridad. No podemos aceptar que nuestra formación y nuestra integridad estén en peligro”, enfatizó Sáenz.
La presión de los estudiantes sobre las autoridades universitarias y gubernamentales crece día a día, en espera de una respuesta que garantice no solo la culminación de su formación académica, sino también su bienestar y seguridad durante el proceso.