Los lacandones, habitantes ancestrales de la selva chiapaneca, se autodenominan hach winik, que significa “los verdaderos hombres”. Según sus mitos, su deidad principal, Hach Ak Yum, creó tanto a los hombres como a los animales a partir de arcilla. Por lo tanto, para los lacandones, todos los objetos hechos de este material poseen un alma, o pixán, una esencia compartida por los hombres, animales, dioses y estrellas.
Los incensario o brasero utilizado por los hach winik en diversos rituales para ofrendar copal a sus deidades. Estos incensarios no solo son objetos sagrados por estar hechos de barro, sino que además, en altorrelieve, representan las facciones de sus dioses. En algunos de ellos, el labio inferior de la figura se destaca como un lugar donde se colocan ofrendas de comida y bebida en honor al dios respectivo.
Cada incensario lacandón contiene una piedra sagrada, obtenida tras un largo peregrinaje hacia las ruinas de Yaxchilán, lugar donde los lacandones creen que habitan sus deidades. Estas piedras son las que otorgan la sacralidad a los incensarios, lo que hace que sean objetos de profunda devoción.
La creación de los incensarios se realiza en el interior de la choza sagrada, la cual posee su propio fuego, manteniendo su proceso en un entorno de estricta privacidad. Los incensarios, al ser propiedad de los dioses, son resguardados con gran cuidado y, en cada grupo de chozas, siempre hay uno que sobresale por su tamaño y simbolismo.
En la cosmovisión lacandona, los incensarios deben renovarse periódicamente, ya que cumplen un ciclo de vida y muerte, al igual que todos los seres vivos. La renovación implica una larga ceremonia en la que los incensarios antiguos son retirados y los nuevos son consagrados. Durante este rito, se quema copal y se les ofrecen pozol, tamales, granos y carne, además de darles de beber ba’alché, una bebida fermentada tradicional.
Este incensario es un recordatorio tangible de la rica cultura y cosmovisión de los lacandones y su relación sagrada con la naturaleza, los dioses y los elementos.
Dr. Miguel Ángel Rubio
Curador-investigador, MNA