En la cuna de una de las civilizaciones más grandes de la humanidad, los pueblos indígenas mayas han resistido siglos de colonización, despojo y abandono. Hoy, esa lucha continúa, pero el enemigo no son conquistadores extranjeros, sino intereses privados y la indiferencia de quienes deberían protegerlos. En Santa Gertrudis Copó, un antiguo pueblo maya en el norte de Mérida, la historia se repite: la comunidad originaria está siendo desplazada, esta vez no con espadas, sino con permisos de construcción y contratos inmobiliarios que priorizan el lujo sobre los derechos de los habitantes ancestrales.
Santa Gertrudis Copó no es una colonia de Mérida, como algunos pretenden presentarla. Es un pueblo originario reconocido por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, con una rica historia que se remonta a más de 2.300 años. Bajo la Constitución Mexicana, sus tierras, tradiciones e identidad deben estar protegidas. Pero esa protección es una promesa vacía en la realidad cotidiana. Proyectos inmobiliarios de lujo están devorando su territorio, acaparando recursos vitales como el agua y la electricidad, y poniendo en peligro su propia existencia.
El despojo es sistemático. Torres de departamentos que bloquean el acceso al agua potable, fallos constantes en el suministro eléctrico y, peor aún, el desplazamiento forzado de familias que no pueden competir con la especulación inmobiliaria. Pero el despojo no es solo material: es también cultural. Algunos nuevos residentes, ajenos a las raíces profundas de la comunidad, exigen la limitación de las festividades tradicionales, argumentando que “hacen mucho ruido”. ¿Ruido? No es ruido, es la voz de una cultura viva, que se niega a desaparecer.
Y mientras tanto, ¿dónde están las autoridades? Es un hecho que los desarrolladores buscan lucrar, como cualquier negocio, pero la responsabilidad de proteger a estas comunidades recae en el gobierno. Permitir construcciones que violan normas de zonificación y urbanización, ignorar las quejas de los pobladores y facilitar la gentrificación no son actos de negligencia: son violaciones flagrantes a los derechos de los pueblos indígenas.
El fenómeno de la gentrificación ya ha comenzado a devorar Santa Gertrudis Copó. Llegan nuevos servicios y comercios, como grandes cadenas de tiendas y cafeterías de renombre, que no son asequibles para los habitantes locales. La tiendita de la esquina quiebra, los costos de vida aumentan, y pronto la gente de Santa Gertrudis Copó no podrá pagar por vivir en el lugar que ha sido su hogar por generaciones. Es el ciclo repetido de la colonización, disfrazado de desarrollo urbano.
¿Se trata de detener el desarrollo? No. Se trata de hacerlo de manera justa. Las ciudades pueden crecer, pero no a costa de quienes llevan siglos viviendo en ellas. Hay alternativas viables: el Ayuntamiento de Mérida podría iniciar un diálogo estructurado con la comunidad, suspender nuevos permisos de construcción hasta que se resuelvan los problemas de infraestructura, y establecer políticas de zonificación que protejan a los pueblos originarios de estos proyectos de lujo. Además, podrían ofrecer incentivos fiscales y urbanísticos a desarrolladores que incluyan viviendas asequibles para las familias locales, como lo sugiere ONU-Hábitat en sus guías sobre derechos indígenas.
Si eres de Yucatán, por nacimiento o por decisión, y crees que portar una guayabera o un hipil es suficiente para honrar la cultura maya, te equivocas. Las comunidades indígenas están aquí, y como en la época de la conquista, siguen luchando por sus tierras y su identidad. No necesitan de gestos simbólicos, sino de justicia real.
Santa Gertrudis Copó no puede convertirse en una víctima más de la codicia y la indiferencia de quienes detentan el poder. Ese poder, al final, es una ilusión, y es hora de que lo recordemos. Si realmente quieres ser parte del legado milenario que tanto te enorgullece, empieza por apoyar a quienes están luchando para que no desaparezca.
Nota retomada del video de Grace Carrillo https://www.tiktok.com/@gracecarrilloc/video/7425514350917455136?is_from_webapp=1&sender_device=pc&web_id=7359233443542337029