La figura pública de Rommel Pacheco Marrufo, ex clavadista olímpico y actual director de la Conade, atraviesa una de sus crisis más severas tras la publicación de un amplio reportaje de la revista Proceso y las fuertes declaraciones de su expareja, la también reconocida medallista mundial Paola Espinosa.
Lo que hasta hace poco parecía impensable —que un deportista con una trayectoria limpia y una carrera política ascendente estuviera bajo una investigación minuciosa por presuntas omisiones patrimoniales— se convirtió en un tema de debate nacional. De acuerdo con el reportaje citado, Pacheco estaría involucrado en una red de propiedades no declaradas ante Hacienda, lo que ha encendido cuestionamientos sobre su transparencia como funcionario federal.
La polémica escaló cuando Espinosa rompió el silencio y emitió declaraciones que han causado profunda controversia. Según su versión, Pacheco habría sustraído o intentado apropiarse de diversas propiedades que compartieron durante su relación, pese a que —asegura— la aportación económica del ahora funcionario habría sido mínima.
Espinosa también afirmó que, durante el conflicto, recibió amenazas relacionadas con posibles denuncias en su contra si no accedía a cederle dichos inmuebles. La ex atleta calificó a Pacheco como un hombre “aprovechado”, declaraciones que, de inmediato, detonaron reacciones entre la opinión pública.
El reportaje de Proceso plantea que Pacheco y su familia tendrían como objetivo acumular grandes fortunas, y su presunta aspiración a ser gobernador de Yucatán formaría parte de esa búsqueda de poder y riqueza. Aunque se trata de aseveraciones periodísticas y testimoniales, el impacto ha sido fuerte: ponen en entredicho el proyecto político del morenista, quien además buscaría la alcaldía de Mérida en 2027.
Entre los señalamientos destacan propiedades de alto valor ubicadas en zonas como San Crisanto y diversos puntos de Mérida, las cuales —según la investigación— no habrían sido transparentadas en sus declaraciones patrimoniales oficiales.
La revelación llegó como un balde de agua fría. Ni seguidores ni analistas políticos imaginaban que el ex atleta, con amplia presencia mediática y fama de deportista disciplinado, quedaría expuesto en un escándalo de tal magnitud. La “balconeada”, como describen algunos observadores, no solo afecta su imagen pública, sino que podría influir en sus aspiraciones políticas futuras.
Mientras tanto, la opinión pública sigue a la espera de aclaraciones oficiales, en un caso que apenas comienza a generar repercusiones en el escenario deportivo y político nacional.

