Mérida, Yucatán.– Apenas cuatro meses después de haber asumido el cargo, Verónica Moyano presentó su renuncia como titular de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del Estado de Yucatán (Prodennay), convirtiéndose en la segunda funcionaria en abandonar la dependencia en lo que va de la actual administración.
En marzo, la entonces directora del Prodennay, María Jesús Ocaña Dorantes, presentó su renuncia presuntamente debido a la falta de atención al caso de “Peloncito”, el niño que murió a causa de golpes y desnutrición en el fraccionamiento Cielo Alto de Kanasín. Junto con la funcionaria, también dejaron el cargo una veintena de sus colaboradores.
De acuerdo con fuentes cercanas, la dimisión de Moyano se debió a la ausencia total de presupuesto para atender a niñas, niños y adolescentes en situación vulnerable, lo que imposibilitaba la implementación de programas y apoyos.
Además, trascendió que las decisiones sobre la dependencia han estado intervenidas directamente por la primera dama de Yucatán, Wendy Yamile Méndez Naal, quien, según versiones internas, pretende centralizar el control de las acciones a pesar de no tener experiencia en el área.
Mientras la Prodennay enfrenta carencias presupuestales “de cero pesos”, se ha señalado que sí existen recursos para gastos personales de Méndez Naal, entre ellos una camioneta especial en la que se desplaza acompañada de su maquillista y peinadora, lo que ha generado fuertes críticas en sectores sociales y políticos.
La salida de Moyano abre nuevamente la discusión sobre el abandono institucional hacia la niñez y juventud en el estado, al tiempo que se cuestiona el verdadero compromiso del gobierno con la protección de este sector vulnerable.