Izamal, Yucatán.— La violencia familiar volvió a estallar con crudeza en el Pueblo Mágico de Izamal, donde un joven de apenas 20 años fue detenido tras protagonizar un ataque brutal dentro de su propio hogar, dejando como saldo a un bebé lesionado y a dos mujeres heridas, una de ellas su propia madre.
El agresor fue identificado como Omar Guadalupe M. R., quien fue capturado tras un fuerte operativo policiaco en la calle 33 por 18 y 20, luego de darse a la fuga. Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Policía Municipal y la Policía Estatal de Investigación (PEI) cercaron la zona hasta lograr su detención y traslado al complejo de seguridad.
Violencia sin límites dentro del hogar
Los hechos ocurrieron en un predio de la colonia Santo Domingo, en la calle 33-B, luego de un reporte urgente por violencia familiar. De acuerdo con el testimonio de la joven madre, de 18 años, el sujeto llegó al domicilio fuera de control y presuntamente intoxicado, causando destrozos y desatando una agresión física que pudo terminar en tragedia.
En medio de la discusión, el joven empujó violentamente a su pareja mientras sostenía a su bebé de apenas tres meses, provocando que ambos cayeran al suelo y que el menor se golpeara la cabeza, generando pánico entre los presentes.
Al intentar defender a su nuera y a su nieto, la madre del agresor, una mujer de 40 años, fue atacada con un arma blanca, sufriendo una herida de aproximadamente cinco centímetros en la mano derecha.
Bebé hospitalizado; víctimas fuera de peligro
Paramédicos acudieron de inmediato al lugar. El bebé y la abuela fueron trasladados de urgencia al IMSS de Izamal, donde médicos confirmaron que ambos se encuentran estables y fuera de peligro, aunque bajo observación.
La madre del menor también presentó lesiones menores y recibió atención médica.
Autoridades actúan, pero la alarma social permanece
Tras huir del lugar, el agresor fue localizado gracias al despliegue policiaco en calles aledañas. Ahora enfrenta un proceso legal por violencia familiar y lesiones, quedando a disposición del Ministerio Público.
Este caso vuelve a encender las alarmas sobre la violencia intrafamiliar en Yucatán, donde niños y mujeres continúan siendo las principales víctimas, incluso dentro de espacios que deberían ser seguros.
La violencia no es un asunto privado, es un problema social que exige respuestas contundentes.
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