Yucatán.- “Hay muchos factores para que el PAN perdiera aquí. Lo que se ve, no se juzga”, afirmó Adriana Dávila Fernández, exsenadora por Tlaxcala, al iniciar en Yucatán su campaña para la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional (PAN). Sus palabras fueron una clara crítica al gobierno de Mauricio Vila, quien, según Dávila, habría entregado al PAN a la derrota en el estado por su estrecha relación con el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
El desempeño de Mauricio Vila, que en su momento fue presentado como el estandarte de un PAN moderno y exitoso, ahora es motivo de cuestionamiento. Su aparente afinidad con el proyecto de la Cuarta Transformación, liderado por López Obrador, no ha sido bien recibida por algunos sectores del partido, que consideran que esa cercanía diluyó la identidad del blanquiazul en Yucatán. Para Adriana Dávila, esta “entrega” simboliza la pérdida de rumbo del PAN en el estado, algo que ha repercutido negativamente en los recientes resultados electorales.
Por otro lado, Dávila también apuntó contra Renán Barrera Concha, exalcalde de Mérida, quien forma parte de la planilla encabezada por Jorge Romero Herrera y que, según Dávila, busca perpetuar sus influencias dentro del PAN. “Es más de lo mismo”, aseveró, refiriéndose al grupo que representa la continuidad de la dirigencia de Marko Cortés.
Dávila criticó duramente a esta corriente del PAN, señalando que ha dañado al partido al otorgar candidaturas a “cuotas y cuates”, una práctica que, según ella, ha debilitado al blanquiazul. “No se puede pedir una renovación con la misma gente”, subrayó, enfatizando la necesidad de un cambio real en el liderazgo del partido, que no esté basado en los acuerdos y las componendas de siempre.
El arranque de campaña de Adriana Dávila en Yucatán marca un momento crucial para el PAN, especialmente en un estado que hasta hace poco era considerado uno de sus bastiones más sólidos. La crítica a Vila y a Renán Barrera no solo pone en evidencia las fracturas internas, sino también la urgencia de una redefinición para un partido que parece haber perdido su esencia bajo el liderazgo de quienes hoy buscan mantenerse en el poder.
La llegada de Morena al poder, y la consecuente cercanía de Vila con su administración, han generado tensiones y división dentro del PAN, una situación que la oposición interna ahora aprovecha para lanzar una campaña que, más que buscar la dirigencia nacional, busca recuperar lo que alguna vez fue el orgullo del PAN: la independencia de sus gobernantes y la capacidad de ser un verdadero contrapeso.
Para Yucatán, el futuro del PAN dependerá de si logra cortar con las viejas prácticas y definir un rumbo claro que responda a las necesidades de sus simpatizantes y no a los intereses personales de unos cuantos.