Los morenistas yucatecos se sienten como chinitos, “nomás milando” cómo los traidores, en especial los exblanquiazules, se disputan los mayores cargos de poder político, pues con más de 15 años de militancia deberán apoyar a Joaquín Díaz Mena (a) “El Lechitas” mientras que por la capital yucateca deberán trabajar por Manuel Díaz Suárez “El doctor diablito” o por el trapecista Rommel Pacheco Marrufo.
Invitados de palo al ágape electoral guinda, los morenistas yucatecos se limitan a ser testigos del agandalle de candidaturas en garras de los traidores panistas (y de otros partidos, como Jorge Carlos Ramírez “El Gordo” Marín, quien ya aseguró su reelección como senador por conducto de las negociaciones cupulares), mientras el único instituto que representa a la izquierda y a los “progresistas” se desdibuja con candidatos que hasta hace unos días representaban la ultraderecha y estaban en contra de las propuestas de la llamada Cuarta Transformación.
Una cosa tienen el común los traidores panistas que sostienen una encarnada lucha de poder por las candidaturas de Morena: todos acumulan en su historial casos de corrupción y pobre desempeño en los cargos públicos que les regalaron sus padrinos del blanquiazul.
La lucha por la candidatura de la alcaldía de Mérida es el caso más notable, pues durante su registro, el “Doctor Diablito” recalcó: “La capital yucateca no puede ser gobernada por payasos: Esto no es un reality show”, en abierta crítica a Rommel Pacheco y su campaña basada en su paso por el “Exatlón México”.
Mangoneado por su esposa, la influencer Alhely Fallah, más conocido en las redes sociales como “Lilo Fa”, el trapecista expanista ejecuta a pies juntillas las órdenes de su cónyuge, quien presume tener estudios de posgrado en Marketing Digital. En vez de presentar propuestas claras a los retos de la capital yucateca, Rommel Pacheco basa su imagen en trivialidades de las redes sociales, buscando el voto juvenil, ajeno a la política.
Pero los morenistas de calle, que reparten casa por casa el periódico “Regeneración”, involucrados en la grilla y poco aficionados a la farándula de la redes sociales, son inmunes a esa campaña y no ocultan su desprecio al traidor olímpico, a quien le gritaron “basura” en Valladolid, le negaron las “selfies” en el arranque de la campaña a la gubernatura del Centro de Convenciones Siglo XXI. De hecho, el equipo y un hermano del chapulín, Irak Greene Marrufo, agredieron a morenistas inconformes durante el registro de la precandidatura del grillo de marras.
El Doctor Diablito, por su parte, no se queda atrás, pues durante los seis años que gozó de una diputación local al amparo de su padrino, Raúl Paz Alonzo, hoy también morenista, no presentó ninguna iniciativa digna de recordarse y, por el contrario, se opuso ferozmente a iniciativas morenistas, como la legalización del matrimonio entre homosexuales.
Por si fuera poco, los morenistas de base deberán apoyar a traidores de otros partidos, empezando por el “Cerdito” Marín, quien junto con la chapulina expriista Verónica Camino Farjat han asegurado su reelección como senadores. Hasta hoy, ningún distinguido representante de la izquierda local tiene cabida en la asignación de las candidaturas en juego en los comicios del 2 de junio de 2024.
