En medio de la transición política en Yucatán,nos envían a la relaciona graves denuncias sobre actos de corrupción y tráfico de influencias relacionados con Álvarez Arceo, ex coordinador de Programas Estratégicos en la Secretaría de Educación del Estado de Yucatán (SEGEY). Este funcionario, quien fue beneficiado por su padrino político, el polémico ex secretario de Educación, Liborio Vidal Aguilar, habría recibido una liquidación y aguinaldo millonario, mientras se prepara para su ratificación en la nueva administración morenista, a pesar de las acusaciones en su contra.
Según documentos revelados, Álvarez Arceo percibió un total de $176,696.45 pesos bajo distintos conceptos de clave presupuestal, a través de cheques y depósitos en cuatro transacciones. Esto ha generado indignación en la opinión pública, ya que su gestión fue marcada por favoritismos políticos y decisiones cuestionables dentro de la SEGEY.
Una de las acusaciones más graves señala que, durante su tiempo como coordinador de Programas Estratégicos, Álvarez Arceo utilizó su posición para beneficiar a allegados y cumplir favores políticos. Se le acusa de colocar a personal en puestos clave sin respetar los procesos formales, incluyendo a Sajia Alejandrina Jacobo Molina, esposa de Raymundo Martín Muñoz Arceo, ex jefe del despacho de la SEGEY. A ella se le otorgó una compensación mensual de más de $18,000 pesos, a pesar de que no asistía a trabajar, aprovechando una supuesta comisión que ni siquiera existía.
Además, Álvarez Arceo enfrenta dos denuncias ante la Fiscalía General del Estado de Yucatán, una por acoso sexual y otra por acoso laboral, mismas que habrían sido frenadas por la administración anterior para evitar un escándalo mayor en la SEGEY.
Este tipo de actos de corrupción dentro de la administración educativa de Yucatán no solo afectan la imagen de las instituciones, sino que también socavan la confianza pública en un sector fundamental para el desarrollo del estado. Mientras tanto, la actual administración morenista enfrenta un dilema: ratificar a un personaje cuestionado o demostrar su compromiso con la transparencia y el combate a la corrupción.