El asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, ha generado indignación y consternación en Michoacán y en todo el país. Sin embargo, lo que ha causado aún mayor polémica es la actitud de Arturo Bravo, esposo de la actual secretaria de Seguridad Pública de Campeche, Marcela Muñoz, quien en redes sociales habría emitido comentarios de burla y desdén hacia el crimen del edil.
Un personaje envuelto en señalamientos
En Michoacán, el nombre de Arturo Bravo no pasa desapercibido. Diversas fuentes locales lo identifican como un personaje con antecedentes controvertidos, vínculos familiares y personales con individuos señalados por actividades ilícitas, y presuntas relaciones con grupos criminales que operan en la región occidente del país, particularmente con el cártel con presencia en Jalisco.
Pese a ostentarse como periodista, Bravo ha sido señalado en múltiples ocasiones por utilizar su posición para atacar o desacreditar a figuras políticas y sociales, al tiempo que mantiene cercanía con sectores del poder estatal y federal. Su relación con Marcela Muñoz, titular de Seguridad Pública de Campeche, le ha permitido mantenerse bajo el amparo de una red de influencia y protección institucional.
Indignación por comentarios en redes
De acuerdo con publicaciones en su perfil personal de Facebook, Arturo Bravo habría realizado comentarios y reacciones que fueron interpretadas como una burla hacia el asesinato de Carlos Manzo. Las capturas de pantalla y fotografías difundidas en redes sociales muestran el tono cínico con el que se refirió al hecho, provocando la condena de usuarios, periodistas y ciudadanos.
“Su actitud no sorprende, pero indigna. Desde un lugar de privilegio y complicidad se atreve a minimizar la muerte de un hombre cuya única falta fue hablar con verdad”, expresó un activista michoacano consultado por este medio.
Cercanía con el poder y silencio ante la violencia
Diversos periodistas en Michoacán y Campeche han señalado que Bravo ha sabido moverse en los círculos del poder, aprovechando su relación con la secretaria de Seguridad Pública para obtener beneficios políticos y mediáticos. Su silencio —o cinismo— frente a los hechos de violencia en el país, contrastan con el cargo que ocupa su esposa, responsable de la seguridad de un estado que también enfrenta altos niveles de inseguridad y desconfianza ciudadana.
Llamado a no normalizar el cinismo
Organizaciones civiles y de prensa han hecho un llamado a no normalizar las actitudes de burla o encubrimiento disfrazadas de libertad de expresión. “El periodismo no puede ser utilizado como escudo para la impunidad ni para proteger intereses personales”, subrayó un colectivo de comunicadores independientes.