La madrugada de este miércoles se registró una tragedia en el corazón de la capital yucateca: un joven fue hallado muerto por aparente electrocución al fondo de una privada ubicada en la calle 83 con 72 del centro de Mérida. La víctima sería Rasiel Pisté Tah, estudiante de la Facultad de Contaduría de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) y originario del municipio de Umán.
¿Accidente, imprudencia o algo más?
Vecinos de la zona reportaron el hallazgo de un cuerpo colgado de una barda. Según versiones preliminares, el joven habría tocado cables de alta tensión, lo que provocó la descarga eléctrica que le causó la muerte al instante. Sin embargo, el caso ha levantado más preguntas que respuestas.
Las cámaras de seguridad de la privada registraron el ingreso del joven cerca de las 3:00 de la madrugada, aparentemente corriendo, lo que ha desatado especulaciones sobre un posible intento de huida o persecución. Vecinos aseguran que el fallecido no era conocido en la zona, lo que aumenta la incertidumbre sobre las razones de su presencia ahí.
Descartan intento de robo
De forma extraoficial, se sabe que el joven portaba su cartera y licencia de conducir, lo que descartaría una versión inicial que lo vinculaba con un presunto intento de robo. Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la Fiscalía General del Estado (FGE) aún no han emitido un comunicado oficial, aunque ya se abrió una carpeta de investigación.
Consternación en la comunidad universitaria
La UADY publicó una esquela en redes sociales lamentando la pérdida de Rasiel, quien además de ser un estudiante comprometido, era aficionado al ciclismo y practicante activo de la fe católica. Compañeros, familiares y negocios locales han comenzado a expresar su pesar ante la trágica noticia.
Exigen claridad en el caso
La falta de información oficial y los elementos que rodean el incidente —como la hora, el lugar y las circunstancias— han generado dudas legítimas entre la comunidad estudiantil y la ciudadanía en general. ¿Qué hacía el joven a esa hora en la privada? ¿Fue un accidente o hubo terceros involucrados?
Mientras tanto, Mérida —ciudad reconocida por su seguridad— vuelve a ser escenario de una muerte con muchas incógnitas, que exige respuestas claras y sin omisiones.