Mérida, Yucatán. — La empresa SANA, responsable del 70% de la recolección de basura en Mérida, enfrenta fuertes acusaciones por operar un presunto esquema fraudulento que estaría costando millones de pesos mensuales al Ayuntamiento de Mérida. Según denuncias internas, la empresa ha estado trasladando residuos provenientes del municipio de Umán y registrándolos como si fueran exclusivamente generados en Mérida.
Un fraude con olor a impunidad
Aunque el relleno sanitario es operado por Red Ambiental, los reportes de toneladas que ingresan provienen directamente de SANA, lo que ha permitido —según testimonios— falsear el origen de los residuos. Este engaño provocaría que el Ayuntamiento pague hasta tres veces más por servicios de disposición final que no le corresponden, asumiendo el costo por desechos de otro municipio.
Se estima que las pérdidas para las arcas municipales son millonarias cada mes, mientras que el servicio en Umán permanece colapsado, con un sistema de recolección insuficiente y sin capacidad de disposición propia.
¿Quiénes están detrás?
El nombre que encabeza las acusaciones es el de José Antonio Loret de Mola, director general y propietario de SANA, quien habría autorizado el esquema. Junto a él, Jorge López y López, director ambiental de la empresa, sería el encargado de coordinar la logística del traslado fraudulento. La contadora Carolina López Soberanis también aparece en la denuncia, por un error que habría permitido que la información saliera a la luz.
Otro personaje clave es Carlos Hernández, gerente de operaciones, quien no sólo permanece en su puesto pese a denuncias públicas por acoso laboral y sexual, sino que estaría siendo protegido debido a su conocimiento profundo del fraude. Dentro de la empresa, se le considera una figura incómoda, pero intocable.
La pregunta que queda en el aire:
¿Hasta cuándo Mérida seguirá financiando la ineficiencia de otros municipios bajo el amparo del silencio institucional?